Meses atrás ayudé a uno de tantos equipos que existen en la CERN, siempre mantenido alineada la mente en mi motto personal “todos somos uno”[0]. Tal vez hice cosas de más, tal vez ese equipo en particular no ameritaba tanta atención, pero me enfoqué en dar lo mejor de mí y realmente ser más que útil.
A pesar de mis buenas intenciones, un compañero se vio en la necesidad de intervenir con un una sola frase “a veces eres muy buena persona”, dando a entender que había algo malo en mis acciones.
Esa frase bastó para reflexionar en dos cosas:
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En efecto estaba ayudando de la manera incorrecta al involucrarme más de la cuenta y con ello hacer el trabajo de alguien más. Existen otras maneras de ayudar sin aceptar tantos compromisos o volverse tan indispensable.
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Por otro lado, me niego a caer en el pensamiento colectivo de esta era, que te obliga a solamente velar por tu cabeza y aceptar una vida de completa indiferencia.
Aunque es difícil encontrar el equilibrio entre ayudar a otros y que se aprovechen de ti, prefiero tomar el riesgo y dar lo mejor de mí, porque al final todos necesitamos de alguien más en esta vida.
[0] No tengo la menor idea quien lo dijo primero, pero esa frase pasó ser parte de mi vida.
Última modificación 2016-06-19